
En la provincia de Neuquén, paleontólogos del CONICET anunciaron el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio herbívoro de cuello largo, llamado Sidersaura marae. Este cuadrúpedo de gran tamaño, perteneciente a la familia de los rebaquisáuridos, fue hallado en Cañadón de Las Campanas, una localidad rica en restos fósiles. Con una masa estimada de 15 toneladas y una longitud de entre 18 y 20 metros, Sidersaura se convierte en la especie más grande de su familia.

El lugar del descubrimiento, Cañadón de Las Campanas, es conocido por ser una de las áreas paleontológicas más abundantes en rebaquisáuridos a nivel mundial. A pesar de no destacarse por su tamaño, Sidersaura representa una conexión entre los últimos rebaquisáuridos y un linaje antiguo, mostrando que algunos de estos dinosaurios aún sobrevivían al final de su época, siendo algunos de los más grandes de su grupo.

El estudio detallado de los restos reveló características únicas en la anatomía de Sidersaura, como la forma estrellada de sus arcos hemales en la cola y huesos craneales robustos, diferenciándolo de otros rebaquisáuridos. Además, la presencia del calcáneo, un hueso del tobillo, en los restos óseos recuperados, proporciona información sobre la resistencia y la morfología de la extremidad posterior de este dinosaurio. El descubrimiento fue posible gracias a cinco campañas anuales de excavación que abarcaron varios años, y los restos se encontraron en un área barrosa cercana a un río en la que los dinosaurios murieron y sus restos se descompusieron, evidenciando la diversidad de este antiguo ecosistema.


