Tres masacres familiares en 15 días conmocionan al país: salud mental, un factor común

En un lapso de tan solo dos semanas, Argentina fue escenario de tres masacres familiares que sacudieron a la opinión pública. Los crímenes ocurrieron en Villa Crespo, Florencio Varela y Tres Arroyos, con características particulares en cada caso, pero con un patrón alarmante: los femicidios y filicidios estuvieron seguidos por el suicidio de los agresores, todos con antecedentes de salud mental.

Villa Crespo: una madre asesinó a su esposo e hijos antes de quitarse la vida

El primero de los hechos tuvo lugar el pasado 21 de mayo, en un departamento del barrio porteño de Villa Crespo. Laura Fernanda Leguizamón fue identificada como la autora de uno de los crímenes intrafamiliares más estremecedores de los últimos años en la Ciudad de Buenos Aires.

Según informes forenses citados por Clarín, Laura tomó dos cuchillos de cocina y apuñaló a su esposo Adrián Selzter mientras dormía. Luego atacó a su hijo mayor, Ian, de 15 años, con 10 puñaladas, y finalmente a su hijo menor, Ivo, de 12, con 12 heridas cortantes. Tras el triple crimen, escribió una carta, volvió a su dormitorio, se acostó junto a su esposo y se autolesionó hasta morir desangrada.

Leguizamón estaba bajo tratamiento psiquiátrico por depresión severa y habría sufrido un brote psicótico esa noche. Su psiquiatra había recomendado su internación, pero la mujer se había mostrado reticente al tratamiento.

Florencio Varela: madre e hijo muertos en un caso de violencia silenciosa

El segundo crimen ocurrió el 30 de mayo en el barrio El Rocío, en Florencio Varela. Micaela Andrea Lator, de 33 años, asesinó a su hijo Esteban Nicolás Cuello, de seis años —diagnosticado con autismo— y luego se suicidó.

En un principio, las sospechas recayeron sobre el padre del menor, pero pronto las pericias confirmaron que Micaela fue la autora del crimen. La autopsia reveló que la mujer murió alrededor del mediodía con dos disparos —uno en el pecho y otro en la cabeza— mientras que el niño agonizó y murió cerca de las 18.

Familiares y su entorno reconocieron que Micaela atravesaba una profunda depresión y ya había tenido intentos de suicidio. El diagnóstico de su hijo habría agravado su estado emocional. El caso también reveló antecedentes familiares vinculados al suicidio.

Tres Arroyos: un padre mató a su esposa e hijos y se arrojó bajo un camión

El crimen más reciente tuvo lugar en Tres Arroyos, donde Fernando Dellarciprete asesinó a su esposa Rocío Villarreal y a sus hijos Tiziano (8) y Francesco (4), para luego quitarse la vida.

Según los informes de la Policía Científica de Necochea, Dellarciprete estranguló a su pareja con el cable de un velador, trasladó a sus hijos en una camioneta Renault Duster hacia la Ruta 228, donde provocó un choque intencional. Al sobrevivir al impacto, habría llevado a los niños a un zanjón cercano donde los ahogó, y luego se suicidó arrojándose bajo un camión.

Las autoridades confirmaron que el hombre padecía un trastorno paranoide y se encontraba bajo tratamiento psicológico. Había buscado ayuda profesional días antes del hecho.


Patrón en común: salud mental no tratada y violencia familiar

Pese a las diferencias contextuales, los tres casos presentan coincidencias alarmantes: los autores fueron miembros de la familia con antecedentes de salud mental, en especial cuadros depresivos o paranoides. Las autopsias revelan un patrón: el homicida ataca primero a su pareja, luego a sus hijos y finalmente se suicida.

Estos crímenes reabren el debate sobre la atención de la salud mental en Argentina y la necesidad urgente de políticas públicas para la prevención de la violencia intrafamiliar en contextos de sufrimiento psicológico.

Fuente: GENTE

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