
En el corazón de la Puna Salteña, Tolar Grande se alza como un destino mágico e indescriptible, capaz de asombrar a cualquier viajero por su paisaje único y su rica cultura ancestral. Este remoto pueblo, ubicado en el departamento de Los Andes, es un verdadero tesoro escondido de Sudamérica, donde la naturaleza y la tradición se entrelazan en una atmósfera que cautiva a quienes se animan a descubrirlo.


Un Destino Entre las Alturas
Tolar Grande se sitúa a 3520 metros sobre el nivel del mar y se llega a él recorriendo la Ruta Provincial 27, a 364 km de la ciudad de Salta. Limita al norte con la puna jujeña, al sur con Antofagasta de la Sierra en Catamarca, al este con San Antonio de los Cobres, y al oeste con Chile, lo que lo convierte en un punto de conexión cultural y geográfica único.


Naturaleza y Cultura en Su Máxima Expresión
Con una superficie de 14.006 km², Tolar Grande ofrece a sus visitantes una vasta extensión de paisajes impresionantes. Sin embargo, la verdadera riqueza del lugar radica en su pequeña población de aproximadamente 300 habitantes, mayoritariamente de la comunidad kolla, cuyo legado cultural y tradiciones siguen vivas en cada rincón del pueblo.


Servicios y Consejos Prácticos para los Viajeros
El idioma principal es el español, aunque algunos alojamientos y restaurantes ofrecen atención en inglés. La moneda oficial es el peso argentino, pero algunos comercios aceptan dólares, aunque las tarjetas de crédito no son una opción debido a la limitada conectividad de la zona.


El comercio local funciona entre las 8:00 y las 24:00 horas, y se cuenta con un cajero automático disponible las 24 horas. La señal de telefonía móvil está limitada a la compañía Claro, pero es inestable en ciertas áreas y depende de las condiciones climáticas. Por seguridad, se recomienda a los visitantes informar a su alojamiento, al Centro de Atención al Visitante o a la Policía cuando realicen excursiones.


Tolar Grande no es solo un destino turístico, es una aventura hacia lo desconocido, donde la inmensidad de la Puna y la calidez de su gente se combinan para ofrecer una experiencia auténtica y profundamente conmovedora.

