Senadores recorren Mina Lindero: un proyecto clave para el futuro minero y económico de Salta

SALTA. – En calidad de miembros de la Comisión de Minería, Recursos Naturales y Medio Ambiente del Senado, legisladores nacionales realizaron una visita a Mina Lindero, una de las operaciones mineras más importantes del país, con el objetivo de evaluar en terreno su impacto productivo, ambiental y social.

Ubicada a 420 kilómetros al oeste de la capital salteña, esta mina a cielo abierto comenzó a operar en 2020 tras una inversión inicial de 500 millones de dólares. Solo en 2024, la producción alcanzó las 97.287 onzas de oro, con proyecciones de superar las 100 mil onzas anuales y una vida útil estimada de al menos una década más.

Tecnología y sostenibilidad, en el centro de la operación

Durante la recorrida, los senadores constataron el uso de tecnología de punta en el proceso productivo. El mineral extraído es triturado y procesado a razón de 18.750 toneladas por día, sometido luego a un tratamiento de lixiviación con cianuro, y finalizado en plantas SART y ADR, donde se produce el doré —barras de oro de 27 kilos—.

Además de oro, el proceso permite recuperar cobre como subproducto, optimizando el aprovechamiento económico del yacimiento.

En materia ambiental, la operación destaca por el uso exclusivo de agua no potable proveniente del salar de Arizaro, monitoreo permanente de flora y fauna, reciclaje de residuos y una planta solar fotovoltaica que permitirá reducir un 40% el consumo de combustibles fósiles.

Los legisladores también recibieron información detallada sobre el manejo seguro del cianuro, uno de los aspectos más sensibles del proceso minero, y remarcaron la necesidad de mantener estándares estrictos de seguridad para proteger tanto a los trabajadores como al ecosistema.

Una de las mayores reservas de oro de Sudamérica

Más allá de los números actuales, Mina Lindero posee un enorme potencial futuro. Estudios geológicos estiman que bajo tierra existen más de 11 millones de onzas de oro diseminadas en 84 millones de toneladas de material, con una concentración promedio de 0,6 gramos por tonelada. Esto convierte al yacimiento en una de las reservas más grandes de América del Sur y en un hito para la minería argentina.

Este hallazgo podría cambiar la matriz productiva de Salta y posicionar a la provincia como un actor clave en el mapa global de metales estratégicos, en un contexto donde el oro cobra creciente relevancia para tecnologías de punta y la transición energética.

Visión política: desarrollo con inclusión

Tras la visita, el senador Leopoldo Salva valoró la posibilidad de «ver en territorio» los alcances de una industria que genera empleo, infraestructura y oportunidades en zonas históricamente postergadas. Señaló que la comisión trabaja en iniciativas como la reforma a la Ley de Promoción Minera, con énfasis en la capacitación y contratación local.

Por su parte, la senadora Nora Carrizo subrayó que la minería es el segundo complejo exportador de Salta y destacó avances en obras clave para el desarrollo del sector, como la electrificación de 300 kilómetros en la Puna y mejoras en las rutas nacional 51 y provincial 27.

Empleo e impacto social

Uno de los aspectos más relevantes de la operación es su impacto en el empleo local: más del 70% del personal de Mina Lindero es salteño, especialmente de localidades cercanas como Olacapato, San Antonio de los Cobres y Salar de Pocitos. Actualmente, la empresa emplea a más de 500 personas de forma directa, a las que se suma una amplia red de contratistas y proveedores regionales.

En cuanto al compromiso social, voceros de la empresa informaron sobre iniciativas concretas, como la próxima entrega de una ambulancia al paraje Pocitos. Sin embargo, también se evidenció la persistente deuda del Estado con las comunidades de la Puna, que siguen reclamando servicios básicos como salud, educación e infraestructura.

Un recurso estratégico, un desafío nacional

El oro está allí, enterrado en las entrañas de la Puna. Pero más allá del recurso, lo que realmente está en juego es la capacidad de Argentina para transformar esa riqueza en desarrollo sostenible, empleo digno, infraestructura duradera y soberanía económica.

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