Con el verano en su apogeo, turistas de todo el país buscan destinos que combinen paisajes deslumbrantes con la frescura del agua. En este contexto, Salta ofrece una joya poco conocida: el río Lipeo, un paraíso escondido dentro del Parque Nacional Baritú. Este rincón único es ideal para quienes desean explorar la belleza de las Yungas salteñas y disfrutar de actividades al aire libre rodeados de naturaleza.
Un destino remoto lleno de aventuras
Ubicado en uno de los parques nacionales más remotos de Argentina, el río Lipeo es el lugar perfecto para quienes buscan alejarse del bullicio de las ciudades. Desde senderismo y avistaje de aves hasta deportes acuáticos como kayak, rafting y pesca, este río ofrece actividades para todos los gustos. Además, desde el mirador del parque, los visitantes pueden disfrutar de vistas impresionantes antes de descender para refrescarse en sus cristalinas aguas.
¿Cómo llegar al río Lipeo?
El acceso al Parque Nacional Baritú, donde se encuentra el río Lipeo, no es sencillo, pero la experiencia bien vale la pena. A 330 kilómetros de Salta capital, el ingreso más directo es atravesando la frontera con Bolivia. Desde allí, se recorren 95 kilómetros por la Ruta Panamericana Nº 1 hasta conectar con la RP19, donde se reingresa a Argentina. Luego de pasar por Los Toldos y recorrer 26 kilómetros más, se llega finalmente al paraje El Lipeo.
Un destino único en Salta
El Parque Nacional Baritú no solo protege el ecosistema de las Yungas, sino que también permite a los visitantes conectarse con un entorno natural inigualable. La travesía hasta el río Lipeo, aunque desafiante, recompensa con un paisaje de selva de montaña, aguas refrescantes y una oferta variada de actividades que hacen de este destino una opción perfecta para quienes buscan aventura en plena naturaleza.
Ya sea para disfrutar de un día de pesca, explorar senderos rodeados de vegetación exuberante o simplemente relajarse junto al río, el Lipeo se presenta como una alternativa única para estas vacaciones de verano.
