A medida que pasan los años, la salud de la piel se va deteriorando. Incorporar este alimento a la dieta diaria ayudará a detener el desgaste del colágeno.
A partir de los 25 años, nuestra piel comienza a sufrir las consecuencias del envejecimiento. Aparecen las primeras arrugas, las cuales se van acentuando más a medida que pasan los años, debido a que el colágeno, la proteína que une a los tejidos, disminuye con el pasar del tiempo.
Los expertos estiman que a los 40 años, el organismo produce la mitad de colágeno que en la adolescencia, motivo por el cual es importante incrementar la producción de esta proteína a través de ciertos alimentos, como es el caso de las semillas de girasol.
Estas pequeñas semillas, que a primera vista parecen no tener ningún tipo de aporte nutricional, son ricas en:
Ácidos grasos
Vitamina E
Fibra
Magnesio
Estos nutrientes ayudan a proteger la piel del daño solar, uno de los principales factores a los que se le atribuye el envejecimiento de esta extenso órgano.
Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Funciona como antioxidante (gracias a la vitamina E).
Reduce la inflamación crónica.
Reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.
Promueven la buena salud de la piel y el cabello.
Apoyan la función tiroidea.
Ayudan a combatir la pérdida ósea y los calambres musculares.
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