
Un nuevo escándalo sacude a la Policía de Salta. Tres efectivos de la División Infantería —dos hombres y una mujer— fueron detenidos tras ser descubiertos montando un falso control vehicular en la ruta provincial 5, a la altura de Pichanal, mientras se encontraban de franco.
Lejos de cumplir con su deber, los agentes utilizaron el uniforme y el arma reglamentaria para delinquir. Según la denuncia de un ciudadano, en el improvisado “operativo” los policías exigían coimas a los automovilistas que circulaban por la zona.
La maniobra fue detectada por la Brigada de Investigaciones del Distrito de Prevención 8, que inmediatamente dio intervención a la Fiscalía Penal de Pichanal. Los tres efectivos, con apenas dos años en la fuerza, quedaron detenidos y apartados de sus funciones.
La Jefatura Policial remitió el caso a Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad, donde ya se inició el trámite de cesantía. A los acusados se les retiró el arma y se les suspendió la condición de policías.
El caso pone en evidencia una vez más la fragilidad de los controles internos y la falta de filtros a la hora de incorporar nuevos efectivos. La confianza ciudadana en la institución policial vuelve a quedar en entredicho: quienes deberían proteger a la comunidad son los mismos que, en este caso, la extorsionan.
